sábado, 15 de enero de 2011

Delato III

Una higuera llena de higos secos y arrugados, en medio de la ciudad, delató la ingratitud de la humanidad.

3 comentarios:

  1. Es extraño el sabor
    de los higos secos.
    poca gente
    los come.

    ResponderEliminar
  2. A mí me gustan los higos...

    La humanidad suele ser ingrata con (los higos y) lo arrugado...

    ResponderEliminar
  3. Ayer comí un higo en la cordillera...el calor excitaba a la higuera y perfumaba el aire con verano. Es un olor delicioso y repentinamente quiero abrazar, comer, sacarme los zapatos, escalar un árbol. Su sombra también es densa como piedra!

    Creo que nunca he comido higos secos... Debería probarlos. A mi me gustan como son por dentro, son viscerales, spaghetticos, entretenidos!

    Estoy de acuerdo, la humanidad es ingrata con lo arrugado. Sintética forma de poner un problema tan serio. Volver a las raíces y aprender.. Se han perdido tantas cosas eh!

    ResponderEliminar